Uno de los pilares del Colegio María Teresa es la Educación Personalizada. Educar a nuestros alumnos uno a uno, con todo el amor que merecen y las necesidades que tiene cada uno de ellos.
Dice la Real Academia Española que un pilar, en su sentido arquitectónico, tiene la “función de soporte”, de sostener otras cosas. Un pilar en arquitectura necesita de un buen cimiento, una buena raíz. Y este gran pilar de nuestro Colegio cumple esos dos requisitos: sostiene otros aspectos de la Educación de nuestros alumnos y tiene unas raíces sólidas en Educación Infantil: desde que entran con 4 meses los más pequeños al Aula Nido hasta que les acompañamos en el paso a primaria con 5 años.
No depende de si un niño tiene muchas o pocas necesidades, es alta demanda o es independiente: cada tutora de Educación infantil atiende a cada niño con un trato personal, adaptado, conociéndolo a fondo para poder ayudarle a dar el máximo de sus posibilidades. Atendemos las necesidades de cada uno respetando los diferentes ritmos de desarrollo, socialización y aprendizaje.
La Educación Personalizada no es Educación en exclusiva: no educamos a niños como si estuvieran en burbujas independientes o como si fueran el centro del universo… les educamos con gran amor en sus peculiaridades individuales para que sean felices. Tampoco es “estar encima” del niño… es educarles en la libertad y la responsabilidad desde muy pequeños, para que sean autónomos y conscientes, evitando la sobreprotección y reforzando su autoestima, para que el día de mañana sean personas buenas, activas y trabajadoras contribuyendo a la mejora de la sociedad.
Cuando una profesora en 5 años, por ejemplo, se sienta cada día a leer con cada alumno, no tiene como objetivo que todos “salgan leyendo” en junio. Su objetivo es que cada uno lea todo lo bien que pueda leer según sus capacidades; que todos ellos tengan un auténtico esfuerzo personal. En junio unos leerán cuentos y otros palabras sueltas, pero seguro que cada uno consiguió todo lo que podía lograr y estará preparado para emprender una nueva etapa de aprendizaje. Lo mismo puede suceder con tantos otros objetivos o hitos del aprendizaje, intelectual o motor… de adquisición del lenguaje o de habilidades sociales: potenciaremos el gateo en aula nido, les acompañaremos en sus primeros pasos, trabajaremos bien la dicción desde muy pequeños, pero todo ello respetando los ritmos de cada uno.
Educamos a cada uno con gran cariño, trabajando para estar a una con los padres en su tarea de primeros educadores de sus hijos. Una vez al trimestre (mínimo) las profesoras tienen una tutoría con los padres de cada uno de sus alumnos para hablar de todos los aspectos relacionados con su desarrollo. En alguna ocasión nos han preguntado “¿pero de qué hablaremos en la tutoría de nuestro hijo de menos de un año?”… pues de infinidad de aspectos de la vida de los niños. En las tutorías se habla de todo aquello que vean necesario el tutor y los padres sobre la educación de sus hijos: su integración con los demás compañeros, su desarrollo motor, sus habilidades cognitivas, sus puntos fuertes para potenciarlos y aquellos otros en los que necesita mejorar, su tolerancia a la frustración… todo ello siempre con un enfoque positivo y en soluciones. Esto continuará así según vayan creciendo y subiendo a otras etapas, adaptándonos a las necesidades y características concretas de cada edad.